Los propietarios de estos ordenadores han empezado a descubrir con el tiempo que la bisagra que permite acceder a los dos puertos USB ha comenzado a dar problemas, y tras varios meses de uso, pierden la tensión y quedan “sueltas”, a veces lo suficiente como para bajarse solas o para no cerrar correctamente. En algunos casos extremos, las bisagras se han roto completamente, dejando a la unidad completamente inservible.



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